lunes, 11 de enero de 2010

Cuatro años bajo la superficie / La raya

Abajo por los brazos del calamar, aquí, alta la luna trata de enroscarse en las constelaciones. Creo que soy el único que volvió del mar de las puertas. Fue el sotavento nocturno, el caracol que despertó a la Andrómeda. Mera, sierra, morena palmaria, caderas de océano y desierto mediterráneo. Selva, isla de cangrejos, arrecife, la jarana del capitán. Que abran las fauces cien remolinos. Tu tempestad por los muelles de Veracruz. La mancha, El güiro, La quijada, Crrac! la calavera y la tarima. El billar de La Raya, aquellas naves hundidas en la arena, la respiración de un farallón hecho de clavecines y de órganos, aquel negro del piano con un vaso de ron y todas las rumberas del puerto. Dadme cárcel en los acantilados del golfo, ahí donde traen las ballenas sus hijos al mundo. Buscando en los “parideros” del barrio: el de la laúd lágrimas con sal, el del caracol púrpura, el del salmón que pinta la boca del río. Extraviada, hiciste de la playa tu cama en la noche tropical; se arrastraron las estrellas y las olas a la búsqueda de tus pies enterrados. Bufar de ballenas, bufar de las olas, bufar del monstruo marino encadenado bajo las rocas. - Naufrago ebrio, al final del puerto hay un lugar para morir. Desde aquel viejo faro podrás mirar nuestros nombres, llevándose a encallar... y un voraz baile revelando destellos, de frescos en el mar....